Que dos amigos atravesaban un bosque cuando apareció un oso.
El más rápido de los dos huyo sin preocuparse del otro que, para salvarse, se tiró al suelo simulando estar muerto.
El oso creyendolo muerto, lo lamió y se fue.
Parecía como si le hubiese dicho algo...
- ¿Que te ha dicho? Le preguntó el huidizo.
- Solo me ha dicho que no me fíe de los amigos como tú.
Curiosa leyenda, desde luego, amigos como el de tu cuento que huyó, no son demasiado aconsejables. Un beso
ResponderEliminarEso mismo digo yo Isabel.
ResponderEliminar..Y mira, que amigos de esos hay más, que de los que se quedan contigo en los malos momentos.
Un beso.
que oso tan sabio...
ResponderEliminarBien dicen que en los peores momentos es cuando se conoce a los verdaderos amigos y se descubre a los impostores...
Un beso!
Si así actúan sus amigos....que harán sus enemigos. Bueno, con amigos así, no los necesita.
ResponderEliminarUn besito
Buena lección (^:^)
ResponderEliminarFeliz semana, besos de colores
Para esta clase de amigos mejor es no tenerlos. Muy buena respuesta la que le dio. Un abrazo.
ResponderEliminarPues si,
ResponderEliminartod@s hemos llegado a la misma conclusión...
Con amigos como este, ¿A quien le hace falta enemigos?
Gracias por vuestras visitas y comentarios.
Saludos