viernes, 19 de marzo de 2010

PENSABA UN PADRE...

- Dame, Oh Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuando es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo.

Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada y humilde y magnánimo en la victoria.

Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos.

Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan, que su corazón sea claro, cuyos ideales sean altos, un hijo que se domine a sí mismo, antes que pretenda dominar a los demás.

Un hijo que avance al futuro, pero que no olvide el pasado y que con humildad pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.

Entonces, yo, su padre, me atreveré a murmurar:

"NO HE VIVIDO EN VANO".



Muy pocos hijos, hacemos un reconocimiento a nuestros padres, por todo aquello que ellos hacen por nosotros, desde nuestro nacimiento y durante todo el camino de nuestra vida, por eso hay 2 viejos dichos que señalan:

" Ningún hijo sabe lo que es ser padre, hasta que tiene un hijo"

"Un padre puede ocuparse de sus cinco hijos, pero sus cinco hijos no pueden ocuparse de un padre"

No seamos olvidadizos, con nuestros padres ya que en la mayoría de los casos, solo les damos valor después de que ya no están.

2 comentarios:

  1. Tiernas palabras en honor a una persona que es uno de los pilares de nuestro ser. Nunca es tarde para expresar el cariño y la admiración hacia nuestros padres.

    Un gusto visitar tu blog. Saludos

    Juan Carlos.

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  2. Solo nos damos cuenta de que podiamos haber demostrado mas nuestro cariño de hijos cuando ya no estan. Después solo nos queda el recuerdo constante de ellos,que hace que cada día les rindamos un homenaje al recordar la vida que nos entregaron.
    Un beso.

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