un día un adolescente, conversando con un amigo, dijo:
- Creo que sé como engañar al sabio.
Voy a llevarle un pájaro que sujetaré en la mano, y le preguntaré si está vivo o muerto.
Si dice vivo, lo apretaré y una vez muerto lo dejaré caer al suelo; si dice que está muerto abriré la mano y lo dejaré volar.
El joven llegó hasta el sabio y la hizo le pregunta:
- Sabio, el pájaro que tengo en la mano, ¿está vivo o muerto?
El sabio miró al joven, sonrió y le dijo:
-Muchacho, la respuesta está en tus manos.
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